A través de la historia, la mujer
a nivel social era un objeto decorativo y fuente de placer, además de ser la
empleada de los hombres.Las mujeres hemos sido relegadas a segundo plano salvo algunas excepciones, del proceso
histórico. A partir del siglo XVIII esta situación empezó a cambiar y ahora, en
el siglo XXI las diferencias entre mujeres y hombres en los ámbitos laborales y
cotidianos aun no son nulas.Las mujeres han sido marginadas y olvidadas a lo
largo de los siglos, a excepción de algunas, que han hecho cosas muy muy
importantes, y esas, no han podido ser apartadas del proceso histórico. Es por eso que las mujeres no podíamos hablar y eramos subalternas que
representábamos debido al machismos que
era el que tenía el poder. Como mujer no podíamos estudiar ni trabajar como los
hombres porque se suponía que eramos el sexo más débil. Para eso las
excepciones que hubieron tuvieron que
buscar la forma de llegar a un mismo nivel y ser escuchadas por el poder. Por ser
mujeres representábamos atributos generales de subordinación o lo que quiere
decir pertenecíamos a un rango inferior, esto quiere decir que no podíamos
hablar. Pero se busco la forma de que a pesar de ser subalternas podíamos
llamar la atención y se lo realizó gritando y haciendo acciones
revolucionarias. Ya al ser vistas por el poder machismo y saber que llamaron su
vista a ellas, empezaron a autoeducarse para demostrar que pueden llegar a un
mismo nivel que ellos y así ser
escuchadas de una u otra forma. Poco a poco se fue
dando el cambio y ahora en un 70% las mujeres tienen sus derechos y dejamos de
pasar a segundo plano.
Ser subalternos, tiene como dificultad la comunicación, sin embargo no es imposible, y a pesar de que muchos factores no permitan comunicarnos y expresar nuestras ideas, al fin y al cavo, solo llamar
su atención es un gran paso para que luego se pueda mostrar la idea que
tenemos.